Los signos de puntuación juegan un papel muy importante. De
estos depende lo que interpretara el lector.
Hay que tomar en cuenta que una coma o un punto pueden hacer
cambiar el mensaje de cualquier texto.
Un ejemplo clásico es el famoso testamento del anciano
moribundo que por no haber sido puntuado el original, cada uno de los
acreedores se considero beneficiario, de acuerdo con la puntuación que cada
cual le asignó.
Texto original:
“Dejo mis bienes a mi hermano Juan no a mi sobrino Pedro nunca jamás pagaran la cuenta al sastre para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”.
Los beneficiarios presentandolo a su manera:
Juan: “Dejo mis bienes a mi hermano Juan. No a mi sobrino Pedro.
Nunca jamás pagarán la cuenta al sastre. Para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”.
Pedro: “Dejo mis
bienes: ¿A mi hermano Juan? No. A mi sobrino Pedro. Nunca jamás pagarán la cuenta al sastre. Para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”.
El sastre: “Dejo mis bienes: A mi hermano Juan, no. a mi
sobrino Pedro, nunca jamás. Pagarán la cuenta
al sastre. Para los jesuitas todo lo
dicho es mi deseo”.
Los jesuitas: “Dejo mis bienes: a mi hermano Juan, no. A mi
sobrino Pedro. Nunca. Jamás pagaran la cuenta
al sastre. Para los jesuitas todo. Lo
dicho es mi deseo”.
Este texto nos sirve como ejemplo claro de la importancia que cobran los signos de puntuación en un escrito. Significa que de ellos depende que se interprete justo, lo que se desea comunicar.
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